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El rol empresarial en la brecha de género

La actividad empresarial de las mujeres es claramente un motor de la economía mundial. Cuanto más logremos desplegar todo el potencial económico de ellas, tanto como trabajadoras o propietarias de empresas, mejores resultados obtendrán las economías y sociedades.

De acuerdo con el Instituto Global McKinsey, un escenario de “pleno potencial”, en el cual las mujeres participen en la economía en la misma medida que los hombres, admitiría un valor agregado anual de US$ 28 billones o 26% del PIB global para el año 2025 en comparación con la situación actual. Un escenario alternativo en el que todos los países igualen la tasa de avance hacia la igualdad de género de su líder regional supondría un crecimiento del PIB global de US$ 12 billones para el año 2025, de los cuales US$ 1,1 billones corresponderían a Latinoamérica.

Para avanzar hacia este escenario será crucial romper con los estereotipos sobre la capacidad y el rol de las mujeres. Promover la igualdad de género implica reconocer que los hombres y las mujeres somos diferentes y realizamos las cosas de forma distinta, pero que esto no debe alterar el acceso y goce de oportunidades de manera equitativa.

Afrontar esta realidad supone un desafío de enormes dimensiones que sólo se podrá superar con un fuerte compromiso por parte de los diferentes actores sociales; del sector privado, facilitando un ambiente de negocios que apoye a las mujeres en sus distintos roles.

Según un índice publicado por el Banco Mundial en febrero de 2019, a nivel mundial a las mujeres sólo se les reconoce el 75% de los derechos laborales que gozan los hombres. Este índice analiza los diversos hitos en la vida laboral de una mujer, desde su primer empleo hasta su jubilación, así como las protecciones legales asociadas con cada una de estas etapas en 187 países en los últimos diez años.

Particularmente en nuestro país, las mujeres perciben un ingreso equivalente al 70,6% del salario de los hombres, indica el informe de la ONU Mujeres ‘Igualdad de Género y Principales Brechas en Paraguay’.

Esta organización, a través del Pacto Global, al cual ya están adheridas 13.500 organizaciones en 161 países, propone a las empresas realizar acciones para acortar la brecha de desigualdad desde el mundo corporativo. Se trata de medidas que pueden tomarse en todas las áreas de una organización para incorporar a las mujeres a la cadena de valor, medidas con las cuales se busca no sólo mejorar la rentabilidad, sino también el impacto ambiental y social, viendo a la sostenibilidad como el camino más rentable.

En Paraguay, el Pacto Global se constituyó oficialmente en el 2009 y hoy ya cuenta con 100 organizaciones adheridas, entre las cuales se encuentra EY Paraguay. El compromiso de estas organizaciones se traduce en capacitaciones, networking, un Diplomado en Sostenibilidad, mesas temáticas como ejes ejecutores de los principios, y un proyecto en desarrollo de implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el sector privado con apoyo de la Unión Europea. Es una plataforma que permite promover el aprendizaje corporativo responsable y la gestión del conocimiento, generar alianzas con otros actores de la sociedad, y difundir buenas prácticas como por ejemplo el sponsorship, programa que permite identificar a mujeres con potencial para acceder a puestos de alta dirección y abrir oportunidades para ellas, rompiendo así el “techo de cristal”.

De esta manera, identificando e impulsando el potencial que cada persona tiene para ofrecer, ganamos todos. Las personas son el núcleo fundamental de cualquier negocio de éxito y constituyen sin duda su activo más valioso. Mientras no se eliminen los prejuicios y las brechas de género, ninguna sociedad, país o empresa logrará alcanzar su máximo potencial.

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