En el complejo mundo de hoy, se les pide a los líderes que den un paso adelante de formas dinámicas e inesperadas. Desafortunadamente, muchos de ellos no están equipados con las herramientas que necesitan para conducir bajo presión. Como resultado, no se sirven a sí mismos y a sus empleados de manera efectiva, y ponen en riesgo el futuro de toda su organización.
La responsabilidad de liderazgo es uno de los ingredientes más importantes para impulsar el crecimiento empresarial y mantener una cultura corporativa saludable. ¿Cómo pueden los líderes establecer el tono para la rendición de cuentas en su organización?
Los líderes responsables invierten en sí mismos
Cada líder tiene una obligación con sus empleados, sus clientes y su comunidad, pero no ponerse en primer lugar podría tener serias consecuencias y causar un efecto dominó en otras partes del negocio.
De hecho, del 40% al 80% del tiempo de un gerente se dedica a actividades que agregan poco o ningún valor, cuando la mayor parte de su tiempo se debe invertir en su desarrollo personal.
Al no tener una visión holística de su desarrollo, los líderes sucumben a los desafíos cotidianos que conlleva la administración de una empresa, tales como:
- Sentirse superados
- Confundir un actuar duro con uno áspero
- Confundir esfuerzos con resultados
- Sentirse la víctima
- Sentirse inseguro e incapaz de usar su voz
- Necesidad constante de escuchar buenas noticias
- Necesidad de ganar a toda costa
- Esperar el permiso para actuar (de los líderes superiores)
- Ser conducido a la distracción y carecer de enfoque
- No aprender de errores pasados
Además, si los líderes luchan por cumplir con las expectativas, el riesgo es que se den por vencidos o, en última instancia, se conviertan en un líder mediocre, pero ¿cómo es eso exactamente?
“Al no tener una visión holística de su desarrollo, los líderes sucumben a los desafíos cotidianos ”
Las características de un líder mediocre
El liderazgo mediocre se ha vuelto notablemente común, pero no siempre es fácil de identificar para las organizaciones. Estas son las cinco características problemáticas de un líder mediocre:
- Culpa a otros: nunca reconoce personalmente su papel o contribución a cualquier error o falla.
- Egoísta y egocéntrico: actúa regularmente por interés propio y aporta un sentido de derecho al rol
- Incivilizado y cruel: rutinariamente maltrata, degrada e insulta a otros, generalmente en público.
- Inepto e incompetente: toma malas decisiones, lo que resulta en un rastro de desastre detrás de ellos.
- Carece de iniciativa: busca la salida fácil al desviar la responsabilidad.
“Los líderes mediocres pueden unir a un equipo a través de su miseria colectiva”
Los líderes citan varias razones para caer en esta trampa de liderazgo mediocre, incluido su fracaso de miedo, tener expectativas de liderazgo poco claras y estar sobrecargados con tareas que podrían delegarse en otro lugar.
El peligro del liderazgo mediocre
No sorprende que este estilo de liderazgo tenga un impacto negativo en los empleados, ya que el 73% afirma que pasan una cantidad significativa de tiempo lidiando con los problemas que surgen de un gerente ineficaz.
Sin embargo, los empleados tolerarán a un líder mediocre porque consideran que el trabajo en sí es significativo o valoran la relación que tienen con sus compañeros.
Pero si bien los líderes mediocres pueden unir a un equipo a través de su miseria colectiva, eventualmente esto alcanza un punto de inflexión que podría resultar en una alta rotación del personal o bajas tasas de participación de los empleados.
Evitar una cultura de mediocridad
A medida que navegamos por aguas inciertas, los líderes no solo deben demostrar agilidad y resistencia, sino que también deben abogar por una cultura de responsabilidad.
“Los líderes superiores crean la cultura y marcan la pauta para la organización. Es imperativo que impulsen el conjunto de comportamientos que influyen en los comportamientos de los líderes de la próxima línea “, Molinaro, Vince (2020), Líderes responsables.
Pero para mantener la rendición de cuentas en una organización, se debe abordar el comportamiento mediocre y se deberán tomar decisiones difíciles.
Fuente: Artículo de Katie Jones publicado en la página Visual Capitalist