En esta entrevista, Francisco Jorge, CEO de Altius, analiza las oportunidades, tendencias y desafíos que enfrenta el mercado en este nuevo ciclo de expansión.
¿Cómo ve la evolución del valor del metro cuadrado en Asunción y la región?
En los últimos años, el valor en Asunción fue creciendo de manera constante. Aun así, sigue estando bajo si lo comparamos con otras capitales de la región como Montevideo, Buenos Aires, Santiago o Lima. Por ejemplo, cuando lanzamos nuestro primer proyecto, romper la barrera de los USD 2.000 por m² parecía un desafío. Hoy, en More del Sol, ya estamos por encima de los USD 2.600 y todo indica que aún hay espacio para que esos valores sigan en aumento.
¿De qué manera el crecimiento económico de Paraguay impulsa al sector inmobiliario?
El crecimiento sostenido del país está ampliando significativamente el acceso al empleo, las industrias y la producción, lo cual fortalece a la clase media.
Hace 20 años, este segmento era mucho más reducido. Hoy, esta nueva clase media representa la mayor demanda en vivienda, ya sea para compra o alquiler. Es una evolución que viene acompañando el desarrollo urbano y genera nuevas oportunidades para la construcción de departamentos.
¿Qué impacto tiene el crecimiento de la clase media en la ciudad de Asunción?
Se están dando dos procesos en paralelo. Por un lado, la densificación urbana: Asunción era una ciudad baja, pero hoy se multiplican las torres, lo que ofrece una solución para quienes quieren vivir cerca del centro y evitar largos traslados diarios. Por otro lado, hay una migración hacia las afueras de la ciudad, donde emergen urbanizaciones como Los Pingos. Allí, buscamos desarrollar todos los servicios que las familias necesitan: colegios, centros comerciales, salud, etc., para que puedan tener una vida completa sin depender del acceso diario a Asunción.
¿Qué rol cumple la población joven en la demanda actual?
Paraguay tiene una de las poblaciones más jóvenes de la región, y eso genera una fuerte presión sobre la demanda de viviendas. Si bien muchos jóvenes aún no califican para créditos hipotecarios, sí son quienes alquilan. En ese sentido, son el usuario final de muchos inversores que compran departamentos para alquilar. Ese flujo entre inversión y alquiler está muy activo y sigue creciendo.
¿Qué importancia tiene la diferenciación en este mercado?
Es clave. Hoy hay una gran oferta inmobiliaria, pero lo que realmente marca la diferencia es la capacidad de ofrecer proyectos con identidad propia. Nosotros apostamos fuerte por la ubicación: desarrollamos nuestros proyectos cerca de polos urbanos como el Shopping del Sol, el Shopping Mariscal o avenidas clave como Santísima Trinidad.
También apostamos por experiencias de vida: en Los Pingos, por ejemplo, nos integramos a una comunidad con clubes tradicionales y un estilo de vida al aire libre. No hay muchas oportunidades de desarrollar en esos entornos, y esa escasez genera valor.
¿Qué buscan hoy los clientes al elegir un proyecto inmobiliario?
Dos cosas: la eficiencia en el uso de los metros cuadrados y servicios que agreguen valor. En More del Sol, por ejemplo, ofrecemos departamentos compactos, pero con acceso a amenities de primer nivel: coworking, gimnasio, piscina semiolímpica, áreas de juegos, parrilleros y salones en altura con vistas a toda la ciudad.
El objetivo es optimizar cada metro sin resignar calidad de vida. Eso es lo que hoy valoran tanto compradores como inquilinos.