Entrevista a Belarmino Fernández, presidente Grupo Arcallana
Se ha fortalecido mucho el desarrollo inmobiliario sobre todo para las constructoras por el corrimiento de capitales extranjeros hacia nuestro país, sobre todo de los países vecinos que huyen buscando refugio porque el capital es muy inquieto y suele pocas veces estar conforme con lo que tiene.
Por esto ha crecido exponencialmente el crecimiento inmobiliario, mas no así la demanda. Esto no es ni bueno ni malo, lo que sucede es que se construyen hoy edificios para los siguientes 20 años.
Los grandes beneficiarios de este acontecimiento son las constructoras, la mano de obra, legislación y otros; los inversores tendrán la recuperación a muy largo plazo.
Cabría observar que los promotores o capitalistas de esta creciente construcción son casi siempre extranjeros. Es notable el hecho de que muy pocos empresarios paraguayos – o sea, los que conocen el mundo inmobiliario – no son promotores o inversores.
En una palabra, se construyen viviendas las cuales a corto plazo no tienen el mínimo futuro, pero sí a largo plazo. Para el país no es malo; es conveniente la generación de mano de obra y de alguna manera generación de desarrollo.
Para el inversor extranjero es una manera de tener segura su inversión; lo más parecido que hay al dinero son los ladrillos y la tierra que a largo plazo siempre se vende.