Asumir riesgos es algo implícito en la actividad empresarial; cada empresa es una unidad que debe tomar riesgos, invirtiendo capitales para desarrollar actividades que sean redituables, rentables. Existen distintas variables y factores de riesgos, y el desafío se encuentra en sortear la incertidumbre que puedan generar. De hacerlo, se puede decir que una empresa sigue un rumbo sosteniblemente exitoso.
Debido a las variables financieras, estratégicas, operacionales, de management, u otras que puedan surgir, desde la aparición de nueva competencia, cambios regulatorios, falta de retención de colaboradores clave, y demás factores de riesgo, las administraciones de empresa se han enfocado al Enterprise Risk Management para sortear estos aspectos aleatorios que puedan impactar negativamente en el negocio.
El desarrollo de un mapa de riesgo posibilita la presentación, clara y precisa, de los principales riesgos y la probabilidad de que estos ocurran, identificando los eventos potencialmente peligrosos, en términos económicos o no, y al hacerlo es posible trabajar en ellos para evitar que tengan lugar.
Así mismo, la aplicación de modelos de simulación estadística disminuye la incertidumbre al facilitar la correcta estimación del riesgo asociado a la empresa; e igualmente un stress test permite planes de contingencia que fortalezcan la capacidad de respuesta de las empresas ante distintos escenarios.
De esta manera, es factible gestionar el riesgo empresarial, de manera sostenible en el tiempo y obteniendo beneficios que toleren de mejor forma la incertidumbre, al tiempo que se va garantizando la supervivencia y éxito de la empresa.
No se trata exclusivamente de evitar sucesos indeseados sino de proponer estrategias empresariales que mejoren el rendimiento y la productividad. Anticiparse a los eventos y asegurarse de asumir únicamente los riesgos que puedan ser manejados eficientemente es la consigna en la actualidad.
Para esto es importante analizar en forma holística los riesgos, en primer lugar, y en segundo plano, el diseño de la estrategia, pues, obviamente, es más eficiente analizar las contingencias en una etapa inicial.
La gestión de riesgo elimina los sucesos negativos, no solo identificándolos sino también cuantificándolos. Pero hay que adoptar una actitud que vaya más allá de lo netamente defensivo, sino trabajar en un carácter más proactivo que genere valor a la empresa: desarrollar una serie de prácticas que otorguen a la misma una ventaja competitiva superior a la de sus competidores.
Beneficios de la gestión de riesgos empresariales
- Estabilidad en el balance, lo que a su vez redunda en una mayor capacidad de enfrentar planes de expansión de largo plazo.
- Aumento de la competitividad; independizar los planes, por ejemplo, de marketing o de investigación y desarrollo (I+D) respecto de flujos de caja de corto plazo otorga una ventaja competitiva.
- Ventajas de la internacionalización económica, participando de ella activamente, pero a su vez con una menor exposición a la volatilidad de los mercados.
- Óptima valuación en el mercado al presentar un perfil de riesgo acotado. La cobertura de riesgo impacta positivamente sobre la valuación de las empresas, que a la vez consiguen mayores posibilidades de defender su valor de mercado.
- Mejor calificación crediticia, lo que conlleva a disminuir el costo e incrementar el monto potencial del financiamiento.
Entrevista a Rubén Mujica, presidente del Grupo Luminotecnia.
Comentarios desde la experiencia
La incertidumbre no es nueva en los comienzos de una empresa, ¿cree que es mayor en una empresa familiar?
Creo que una empresa familiar casi siempre nace de la creatividad de un emprendedor. Creo que más que la incertidumbre, el emprendedor es una persona desafiante, que no le tiene miedo al fracaso. No es muy importante lo que sabe y lo que no sabe, sino lo que está dispuesto a enfrentar. El emprendedor es un artesano al que le gusta lo que hace.
En su experiencia, ¿cómo se determina el abordaje de los factores de riesgo en la concepción del negocio?
Ignorándolos en gran medida. Generalmente un buen administrador es una persona que se fija mucho en los riesgos y no siempre un buen administrador crea una empresa. Tenerle miedo al riesgo es un obstáculo importante. Ignorar el riesgo es suicida. Yo siempre decía que, para seguir creciendo, necesitábamos todos los días ponerle unas gotitas más de irresponsabilidad a la mezcla de nuestras actividades.
¿Qué variables son las que una empresa familiar tendría que contemplar al elaborar su propio mapa de riesgo?
Por elegir uno, diría que el mayor riesgo es no medir las consecuencias financieras de las decisiones. Un riesgo muy importante es no invertir en la gente de la empresa, esto generalmente repercute más tarde.
En su historia, ¿existieron algunas contingencias propias de su característica familiar? ¿Cuál fue el método adecuado para resolverlas?
Mi contingencia familiar más importante es que tengo 5 hijos y los 5 están relacionados con la empresa, constituyendo la única o por lo menos una importante fuente de ingreso para vivir. Tal vez lo más importante que hice, fue pensar siempre en que los verdaderos protagonistas de la empresa deberían ser mis hijos y no yo mismo. Con mi esposa y socia, siempre pensamos que lo que hacíamos era un preparativo para que nuestros hijos puedan ser felices ejerciendo una de las cosas más importantes en la vida de un ser humano, el trabajo.
¿Existe alguna política empresarial respecto a la apertura de espacios de conversación o diálogo? ¿Cuál es el valor que dan a esta comunicación?
Lo relacionado con la comunicación con la gente, bajo mi dirección estuvo siempre muy enfocado en pedirle a la gente que traía un problema que viniera incluida también una o más opciones de solución. Creo mucho en la comunicación dentro de la empresa. Siempre me gustó mucho contarle a la gente lo que pasaba o lo que estaba pensando.
¿Qué relación existe entre el protocolo y la sucesión familiar con la incertidumbre? ¿Cuál sería el modelo de gestión adecuado para evitar riesgos potenciales?
La empresa es igual a incertidumbre. Ninguna empresa tiene valor por el pasado. El valor de una empresa está dado por la capacidad que tiene de generar ingresos en el futuro. Todo futuro es incierto. Ser empresario es administrar incertidumbre. A no ser que se trabaje con el Estado. Ahí son importantes las relaciones y estar dispuesto a ceder permanentemente a las apetencias de lo que lo contratan.
¿Algo que quisiera añadir?
Que ser empresario es un don. Ser capaz de crear fuente de trabajo y de generar riquezas a una sociedad es un privilegio de muy pocos. Es consecuencia de un talento, de un don. Por lo tanto, para mí, el empresario es absolutamente responsable (no único) de la calidad de vida de la gente en la sociedad en la que le toca vivir.