A principios del mes de setiembre nos dejó uno de los fundadores de Teletón Paraguay y creador del tradicional concepto de las comilonas, Paolo Pederzani, mejor conocido como “Don Paolo”. Su compromiso con la inclusión lo llevó hasta pelear incansablemente por los derechos de las personas con discapacidad durante la sanción de la Constitución Nacional de 1992.
Don Paolo fue uno de los fundadores de Teletón a finales de la década del 70, en plena dictadura stronista, y su nombre suena fuerte en la historia de la ONG debido a la cantidad de aportes que realizó. Su partida se registró el pasado martes 5 de setiembre del 2018 constituyéndose en la partida de uno de los símbolos de la lucha por la inclusión en el país.
A pesar de su avanzada edad, Paolo Pederzani hasta sus últimos días continuó colaborando con Teletón habiendo participado incluso de la última comilona que se realizó.
“Barriguita llena, corazón contento”
Con este eslogan se promocionó la primera comilona de Teletón allá por 1983, teniendo como sede la vieja Planta 1 de Coca Cola. Este evento, hoy en día multitudinario y tradicional, nació gracias a la idea de Pederzani, y debido a su éxito ha habido otros países que lo han replicado tales como Guatemala, México y Chile.
Según se cuenta, la idea de la comilona nació originalmente como una típica pollada, pero debido a que la comida terminó demasiado rápido, se vieron en la necesidad de comprar más pollo para poder alimentar a más gente.
La casa Pederzani
Como ingeniero de profesión pero cocinero de vocación, Don Paolo inculcó a sus hijas su pasión por el mundo culinario, fundando con ellas el local gastronómico De la Casa Pederzani, totalmente redecorado hace poco tiempo. Este emprendimiento se constituyó en la ejecución de un sueño de años de Pederzani.
El “papá guasú” de la casa, siempre tuvo una auténtica pasión por la cocina, y aunque llegó a tener una empresa de construcción su alma de chef era sumamente fuerte, sintiendo una importante inclinación por las pastas por sobre todo.
Rápidamente todo esto lo llevó a ser el cocinero oficial de las reuniones en familia y los festejos de amigos.
Ya en la primera Comilona de Teletón decidió ponerse detrás de las hornalla para deleitar a todos los asistentes de aquel evento histórico con las mejores delicias de la época. Su deseo de fundar una empresa culinaria propia lo hizo traer un montón de equipamiento directamente desde Italia, pero la crisis económica que experimentó Paraguay en los 90 hizo que el proyecto no prosperara por aquellos años.
Todos los equipamientos fueron a parar entonces a la casa familiar, y terminaron siendo utilizados para preparar pedidos especiales que luego eran enviados o destinados a eventos particulares. Gracias a su hija mayor, Giovana, quién comenzó a hacer tortas formándose una clientela bastante fiel, la casa de los Pederzani rápidamente se transformó en una activa microempresa en la cual toda la familia colaboraba.
Hace 10 años, la actividad de la familia pasó a convertirse en un emprendimiento mucho más pujante y serio con la fundación de la empresa De la Casa Perderzani, transformada en industria dos años después y habilitando el IL Café de la Casa Pederzani, sobre la Avenida España casi San José.
Si bien la empresa se caracterizaba por sus servicios de cafetería y repostería, Don Paolo fue el encargado de servir a los clientes exquisitos platos para el almuerzo y la cena, en su gran mayoría de pastas, todo esto al mismo tiempo que desempeñaba sus labores de asesoramiento general.
Don Paolo Pederzani deja como legado un ejemplo de tenacidad y voluntad para perseguir la pasión y el sueño que uno tiene, nunca dejándose amilanar por las dificultades que se le presentaron en la vida.
Así mismo, para con la sociedad su ejemplo principal es el de una persona comprometida con sus ideales de pelear por la inclusión y los derechos de las personas con discapacidad, agrandando su mérito el hecho de que esta labor la comenzó en tiempos en los cuales este era un tema tabú.