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Lo artesanal como alternativa a los mercados globalizados

Cecilia Fadul, emprendedora y diseñadora desde la marca que lleva su propio nombre, ha sido testigo del crecimiento del sector artesanal y de la demanda de productos locales exclusivos. Al mismo tiempo, también a observado cómo sus diseños han captado la atención de la esfera internacional. Esto no solo es importante para quien emprende o para sus colaboradores, sino que, según nos comenta, hay un impacto positivo en la sociedad y en la economía del país.

¿Qué le llevó a apostar por un negocio que implementa elementos nacionales?

Me crié entre el comercio, el arte y la artesanía; mi papá dedicado a lo primero y mi mamá a estos últimos. Felizmente, los ocho hijos absorbimos un poco de cada cosa, y eso nos sirvió para crecer y que cada uno tomase su camino. Esto creo que fue muy importante, porque suele ocurrir que muchos artesanos hacen muy bien su trabajo, pero sin la orientación comercial, lo cual no permite que su negocio se desarrolle y prospere.

En sus inicios, ¿Cómo se encontraba el mercado en cuanto a su apertura a lo nacional?

Comencé de manera casi espontánea, por lo que no llegué a hacer un análisis del mercado en aquel entonces. Esto fue creciendo de a poco, con el diseño y desarrollo de productos, y con la clientela que crecía por el boca en boca. El mercado era más chico, había menos competencia, no se usaba tanto el producto textil artesanal en prendas de vestir, ni los objetos artesanales como decoración dentro del hogar, de manera masiva.

Esto me permitió mucho apoyo de la prensa, que promocionaba el trabajo de quienes hacíamos el diseño de los productos y de los artesanos que nos acompañaban en la producción. Creo que hoy hay mucha difusión, interés, conocimiento, y mucha gente joven utilizando todo lo que la artesa- nía produce.

En cuanto al consumidor, ¿Cuál fue su interés en aquel entonces? ¿Ha cambiado?

Tanto antes como actual- mente, si se ofrece un producto bueno al consumidor, con buen diseño y acabado, este se interesa. Lo ideal es lograr que el producto sea atractivo, de manera que, aunque el cliente no haya pensado en adquirir un objeto artesanal, al verlo se sienta atraído y realice la compra.

¿Y cómo ha sido la mirada internacional hacia estos emprendimientos?

Esta siempre ha estado puesta sobre los mercados que ofrecen productos diferentes, más aún desde los productos artesanales no globalizados. La artesanía – nuestra o de otro país – al estar fuera de la globalización, se muestra como un producto exclusivo. Creo que hay muchas empresas y personas que están sacando afuera sus productos, como otras que están trabajando en el mercado local.

¿Cuál puede ser una dificultad en este rubro?

Un problema que tenemos es que nuestra producción no da abasto, la demanda es superior a la producción. Antes, porque había menos personas trabajando, y hoy porque hay más personas demandando.

¿En qué beneficia la apuesta por este sector?

Es fundamental para la economía, e incide en el PIB y en el desarrollo económico del país. Porque desarrollando este rubro, se consigue que las personas que viven en el campo trabajen sin necesidad de migrar, y evitando los problemas sociales que esto podría acarrear; por otro lado, al artesano le rinde más el dinero que obtiene por lo que produce, ya que la vida en el campo es más económica que la de la ciudad. Creo que desarrollando el sector artesanal se podría mejorar el nivel de vida de mucha gente.

¿Cuál puede ser otro diferencial?

Lo más importante es que protege la tradición y la cultura de los pueblos. La artesanía es la expresión artística del pueblo, aunque cada época tenga sus costumbres.

Me gustaría ver mayor apoyo al sector para que pueda desarrollarse con más fuerza.

Hay muchos países que consiguieron gran desarrollo artesanal y con este el sostenimiento de sus pueblos. En nuestro país, ha habido mucho crecimiento, y hay cada vez más personas involucradas en el negocio, pero aún hace falta más trabajo y más seguimiento.

¿Cree que hay un obstáculo para lograr la rentabilidad?

Es un negocio rentable tanto para los artesanos como para quienes estamos “en medio”, realizando el diseño. El artesano que consigue colocar su producto de manera continua tiene una excelente calidad de vida: tienen casa propia, vehículo, hijos que estudian, etc. Y, quienes estamos intermediando, ganamos lo suficiente. No creo que haya obstáculos, pero sí es necesario ser pacientes, ya que el negocio no se construye de la noche a la mañana, y eso puede ser difícil para una generación que busca la inmediatez. Pero hay mano de obra, hay materia prima y hay mercado.

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