El lavado de activos es un problema que afecta a todos los países, y no es la excepción para el nuestro. Las empresas y los empresarios tienen un papel fundamental en la lucha contra este delito, y deben estar interesados y ocupados en el tema.
A pesar de los esfuerzos realizados tanto por el sector público como privado, el lavado de dinero sigue siendo un problema persistente en nuestra sociedad. Aún se requieren más medidas y acciones para combatir este delito y proteger la integridad y estabilidad de nuestro país.
Es importante que tanto el sector público como el privado trabajen juntos para prevenir y combatir el lavado de dinero.
Lorena Hermosa Bachero, socio consultora de Negocios y Auditoría en Baker Tilly Paraguay, nos habla de este tema.
¿De qué manera prevenir el lavado de activos?
La prevención del lavado de activos es una práctica a la cual no solo los sujetos obligados están supeditados. Como individuos, y más aún como parte de cuerpos empresariales, estamos llamados a combatir de la misma manera este flagelo que azota al mundo entero y, en específico con creciente intensidad, a nuestro país.
¿Qué medidas se toman para prevenir el lavado de activos?
Entre algunas de las medidas que se pueden adoptar para la prevención – y fuera de las que son mandatorias para los sujetos obligados – podemos citar la bancarización de las operaciones monetarias, como también la adopción de políticas claras con relación al manejo de valores, que eviten la exposición de las corporaciones a ser medio de blanqueo de capitales.
¿Cómo acompaña o capacita Baker Tilly en este aspecto?
Desde Baker Tilly Paraguay, ofrecemos servicios de consultoría en materia de prevención, acompañando a nuestros clientes desde la conformación de la estructura de prevención, adopción de políticas y procedimientos y capacitación continua de sus colaboradores de modo a estar no solamente al corriente con la normativa, sino también para dar cumplimiento a los requerimientos de capacitación, auditoría, etc.
¿Cómo observa esta situación en el contexto empresarial actual?
A pesar de contar con una unidad de inteligencia financiera como la SEPRELAD hace tiempo, hay una lenta pero consistente adherencia a las normativas por parte de los sujetos obligados, en especial de los últimos 2 años.
La adopción de políticas y procedimientos se fue dando de manera paulatina, y se fue creando con el tiempo, mayor conciencia sobre la importancia de esta cultura de prevención, que indefectiblemente conllevará a cambios positivos en un futuro.
Ahora bien, la falta de igualdad en las regulaciones para con rubros mucho más vulnerables genera cierta inconformidad por parte del empresariado que con mucho esfuerzo se adecua a lo impuesto por los entes reguladores.
¿La cultura empresarial puede jugar algún aspecto en la prevención de esta materia?
Absolutamente. A la hora de mantener los sistemas de prevención preestablecidos y no violándolos, como también al dar ese valor agregado a los procedimientos u operaciones que podrían dejar al descubierto a las empresas como víctimas de manejo de fondos ilícitos.
La formalización administrativa es esencial para mantener lo más transparente posible los procesos
¿Qué consejo daría a otras empresas?
Primero, la formalización administrativa es esencial para mantener lo más transparente posible los procesos, como también el rígido cumplimiento de procedimientos.
Segundo, a aquellas que fueran designadas como sujetos obligados ante la SEPRELAD, la adopción de todas las normas impuestas, por más burocráticas que puedan parecer, ya que tienen un fin dentro del panorama completo.
Por último, pero no menos importante, ser protagonistas de la mencionada formalización, fomentándola desde nuestras administraciones tanto con clientes, proveedores y colaboradores.
¿Con qué mensaje nos deja?
No podemos pretender cambiar el mundo, si no comenzamos por casa. Por más utópico que parezca, el cambio comienza desde nuestro lugar.
Si como organizaciones logramos apoyar y fomentar la formalización y transparencia administrativa, cooperaremos con nuestra parte de la torta hacia un Paraguay más limpio, libre de manejos de fondos de procedencia ilícita, los cuales solo fomentan delitos que como sociedad y como país, nos hunden día tras día coartando el desarrollo por el que tanto trabajamos.