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Educación financiera como catalizador del crecimiento económico

El sistema financiero desempeña un rol importante para el desarrollo económico de un país, siendo que a través del mismo las personas realizan inversiones, solicitan créditos y ahorran. José Ignacio De Oteyza, gerente general de Citi Paraguay, explica cómo por medio de la educación y la inclusión financiera se puede trabajar para el progreso de la economía a nivel nacional.

¿Cómo puede contribuir la educación financiera al crecimiento económico de un país?

La educación financiera es una herramienta más para ser incluida dentro de las estrategias públicas y privadas para generar y sostener un desarrollo económico en cualquier sociedad.  Si las personas manejan los conceptos básicos de educación financiera se podrían reducir los altos costos de financiamiento de sus necesidades y eso le posibilitaría una mejor capacidad para invertir, por ejemplo. Si recibieran instrucción financiera, y con ello pudiésemos lograr elevar los índices de la inclusión financiera, las personas estarían mejor preparadas para tomar mejores decisiones para el ahorro, para la toma de créditos y riesgos razonables, hacer pagos y gestionar sus finanzas personales y familiares de manera más acertada. El mercado tendría una cartera más sana, responsable y preparada para asumir riesgos. Si esos parámetros mejoran, como consecuencia la economía también.

El mercado tendría una cartera más sana, responsable y preparada para asumir riesgos.

¿Disponen de datos sobre la situación actual de la educación financiera en el Paraguay?

El Reporte Nacional de Inclusión Financiera Paraguay 2017-ENIF revela que la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera del 2013 mostró que 42 % de la población adulta estaba totalmente excluida del sistema financiero y solo el 10 % de los adultos paraguayos encuestados había recibido hasta ese entonces algún tipo de educación financiera. A raíz de estos resultados, la ENIF (Estrategia Nacional de Inclusión Financiera) ha venido desarrollando un trabajo colaborativo con varios sectores de la sociedad para encaminar políticas de inclusión financiera a través de la educación financiera, enfatizando especialmente el acceso y uso de productos financieros y la protección al consumidor financiero. Han sido pasos altamente positivos considerando el punto de partida.

Estamos convencidos de que nuestra capacidad de generar cambios no solo puede estar en apuntalar el desarrollo de nuestros clientes (negocios) sino también involucrándonos activamente en la generación de cambios positivos y sustentables de nuestra comunidad (inversión social).

¿En qué consiste el trabajo que ha hecho el Citi para educar financieramente no solo desde sus negocios sino también desde sus inversiones sociales? ¿Podría comentarnos un poco sobre los mismos? ¿Cuáles son los objetivos?

Citi es la compañía financiera global del mundo y pionera en muchos aspectos. Fuimos la compañía que comenzó los pasos de educación financiera como tal desde 1998 cuando, aliándonos con “Junior Achievement” (programa educativo de la Fundación Paraguaya), comenzamos a implementar programas de capacitación en este tema. Es así que en estos veinte años han pasado más de 50,000 personas, entre niños, jóvenes y adultos, por programas de educación financiera desde simuladores, talleres de capacitación, seminarios, entre otros.

Actualmente y gracias a los aportes proveídos por la Fundación Citi desarrollamos los siguientes proyectos: “Jóvenes Emprendedores en Acción” y “Mujeres Emprendedoras” donde conjugamos educación financiera, inclusión financiera y empleabilidad para alrededor de 1.200 personas por año. También estamos ya en la 7ma. edición del “Premio Citi al Microemprendedor del Año”, donde incentivamos el emprendimiento como alternativa de desarrollo económico y social visibilizando al sector como uno de los segmentos de la economía más dinámicos de desarrollo y brindando seminarios de educación financiera para microempresarios.

A lo largo de sesenta años en Paraguay hemos sido participes de hitos trascendentales de la historia y la evolución de este país. En este sentido, estamos convencidos de que nuestra capacidad de generar cambios no solo puede estar en apuntalar el desarrollo de nuestros clientes (negocios) sino también involucrándonos activamente en la generación de cambios positivos y sustentables de nuestra comunidad (inversión social).

De acuerdo a la experiencia que han obtenido desde el Citi ¿qué resultados han podido observar en la calidad de vida de las personas que han participado de sus programas?

Los cambios son cuantitativos y cualitativos. Las personas que han emprendido sus negocios de forma empírica comienzan a darle un trato más formal a sus finanzas, incorporan los conceptos financieros claves que culminan en una mejor capacidad para la toma de créditos/préstamos; su nivel de endeudamiento se vuelve más responsable, piensan en un ahorro personal y ahorro familiar, se proyectan a corto, mediano y largo plazo, se esfuerzan por presentar mejores productos/servicios (marketing), mejoran la calidad de servicio, comienzan a utilizar una contabilidad formal de sus negocios; de esta forma terminan convirtiéndose en clientes atractivos para el sistema financiero. Las mujeres que comenzaron el primer programa de “Mujeres Emprendedoras” con un crédito mínimo hoy son clientes formales de la cartera de crédito de la Fundación Paraguaya con créditos mucho más fortalecidos que los que inicialmente tuvieron, con ratios de pagos significativamente positivos y familias enteras en mejores condiciones de vida. Pero también existe un impacto indirecto en todo esto que generan nuestros programas: los beneficiarios, además de recibir instrucción formal, comienzan a incrementar su autoestima, su confianza y se animan a continuar emprendiendo y a ver su futuro de una forma diferente. Finalmente, y lo más bonito de todo, es que muchas veces son ellos mismos los que ayudan a personas que están en situación similar a la que ellos estaban antes de su participación en nuestros programas.

¿Han observado algún cambio en el mercado nacional desde el inicio de estos emprendimientos educacionales?

Desde la Asociación de Bancos se conformó el Comité de RSE que comenzó a trabajar con las entidades reguladoras para implementar una serie de iniciativas encaminadas a mejorar los estándares de este tema. Por ejemplo, se unificaron los conceptos en los tarifarios de los bancos, se estandarizaron algunos reportes y se dio más énfasis a todo lo relacionado con protección del consumidor. Citi, gracias a los aportes de nuestra fundación, viene apoyando particularmente a la ENIF en el diseño, construcción y publicación del “Primer Glosario de Educación Financiera” de nuestro país, un documento con el que llevamos dos años trabajando entre la Red de Microfinanzas del Paraguay, AVINA y la ENIF.

Sé también que la ENIF ha conformado los grupos de “Educación Financiera y Poblaciones Vulnerables” para impulsar las acciones que buscan expandir la educación financiera en todo el país congregando a sectores públicos y privados, gremios y asociaciones, ONGs, entidades de cooperación internacional, entre otros. El resultado: la más notoria campaña nacional de educación financiera que busca promover el manejo adecuado de herramientas financieras en la sociedad y mejorar las capacidades a la hora de tomar decisiones que afectan el estado financiero de las personas.  El Gobierno Nacional declaró también la segunda semana de marzo de cada año como la “Semana Nacional de Educación Financiera” un hito importantísimo que apuntala la continuidad de estas acciones. Y el Ministerio de Educación y Ciencias incluyó desde el 2014 la materia “Educación Económica y Financiera” para el tercer curso del nivel medio dentro de la malla curricular. Son todas acciones muy positivas que contribuyen a continuar fortaleciendo este aspecto en nuestro país.

Gracias a estas iniciativas, hemos visto una evolución tangible en cómo los agentes de cambio (entidades públicas, sector privado, NGOs, y otros) hemos aunado esfuerzos por un objetivo común; el primer gran paso para asegurar que el incremento de la educación financiera continúe.

En su opinión, ¿qué sucedería económicamente si estos resultados se replican al resto de la ciudadanía

En realidad, estas acciones están abarcando a varios sectores de la población y las iniciativas están expandiéndose cada vez más. Hay que considerar que esto es un trabajo constante que no para y que los resultados se verán a largo plazo. La tarea que la ENIF y el sector privado están haciendo para apoyar estas acciones es meritoria, y creo que desde el gremio bancario hemos sido uno de los más comprometidos con este objetivo, participando activamente de las mesas de diálogos, apoyando la “Semana de la Educación Financiera”, generando talleres para empleados, clientes y proveedores, publicando materiales de comunicación y promoción, entre otros. Cuanto más sumemos, más vamos a lograr. Cuanto más se expanda a la sociedad, más beneficios lograremos todos. Un tema que me parece importante también es hacer los esfuerzos necesarios para llegar al pequeño productor con estas herramientas, a la gente del campo, en especial al sector ganadero y agricultor que tiene una relevancia importante en Paraguay.

¿Cuáles son algunos de los problemas que se podrían evitar si la ciudadanía posee una buena educación financiera?

Se podrían evitar varios problemas, entre ellos, para nombrar algunos: las prácticas financieras no sanas donde  las personas caen en créditos con elevados costos de intereses en el mercado informal (usuras), se evitaría el endeudamiento desmedido e irracional, se minimizan los casos pocos exitosos o de fracaso en emprendimientos, se limita el uso o perdidas de garantías importantes para los emprendedores, y sobre todo se remedia el bajo ánimo o miedo que tienen muchos pequeños empresarios de empezar nuevos negocios y actividades comerciales.

¿Qué impacto tiene la educación financiera para la reducción de la pobreza?

La educación en general y la financiera en particular son herramientas positivas para reducir la brecha de la pobreza. Nuestra experiencia manejando proyectos con poblaciones vulnerables nos enseñó que existe un segmento desatendido en términos de educación financiera y que con un mínimo de instrucción formal se pueden generar cambios de alto impacto. Por ejemplo, la mayoría de las mujeres emprendedoras que participan de nuestros proyectos antes de comenzar no tienen claro si sus micronegocios están generando progreso, si están produciendo ganancias o pérdidas; no saben determinar el valor de costo y venta de forma más práctica, no saben si pueden destinar dinero a su ahorro personal y mucho menos familiar, no identifican sus prioridades más apremiantes para salir de la pobreza. Todas esas herramientas que son aprendidas en el Programa de Mujeres Emprendedoras (que nació en Paraguay y la Fundación Citi lo replicó en otros países de Latinoamérica abarcando anualmente a alrededor de 10,000 mujeres) las enseña para comenzar a definir su plan de negocio que tiene un alto impacto en su plan de vida. Eso es reducir pobreza y generar una mentalidad de progreso y mayor bienestar.

De acuerdo a su criterio, ¿cuáles podrían ser algunas mejoras que podrían ser implementadas a nivel educacional en el Paraguay para lograr más resultados en los diferentes públicos (adultos, jóvenes y niños)?

Creo que debemos seguir invirtiendo en la educación de las nuevas generaciones. Paraguay es un país con alto índice de población joven, donde el 70 % de la población tiene 35 años o menos, y necesitamos prepararlos ya que ellos son el futuro de Paraguay. En el programa de “Jóvenes Emprendedores en Acción” trabajamos con chicos de 18 y hasta 24 años inclusive. Jóvenes que desean emprender un negocio pero no tienen una idea clara de cómo hacerlo. Con el programa no solo participan de los talleres de educación financiera, sino que crean su plan de negocios y generan un ingreso para ellos y a veces hasta para sus familias. Obtienen crédito de la Fundación Paraguaya para comenzar o fortalecer sus micronegocios con la posibilidad de ir sacando cada vez más créditos. Con este programa no solo abarcamos educación financiera, sino también inclusión financiera (créditos formales a bajo costo) y empleabilidad.

¿Quiere agregar algo más?

Este año en Citi celebramos nuestro 60º Aniversario en Paraguay. Durante todos estos años hemos acompañado activamente el desarrollo económico, social y cultural de este país. Desde transacciones más complejas como emisiones de Bonos Internacionales para la República y de algunas compañías privadas, como el negocio transaccional de nuestra clientela. Y continuamos con el firme propósito de seguir contribuyendo con la economía paraguaya, con la prosperidad de nuestros clientes y también con la de nuestros colaboradores. Tenemos planes a largo plazo, no solo de negocios sino también de inversión social, y estamos concentrados en ellos.

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